Ortografía
Mi vida es un cuaderno repleto de tachones. Remordimiento, culpa, ahogo trazan líneas asimétricas sobre lo que un día fueron sonrisas y amaneceres entre tus pestañas. Así, ocupa solo media hoja la dicha, y las restantes están cubiertas del color de la tristeza. Hay doscientas páginas dedicadas a tus labios, y otras tantas a las lunas que me perdí porque estaba perdida en tu tacto, recorriéndote. Pero no he podido acabar de contar las que he pintado con tu ausencia. Y así me siento: como sólo la tilde de solo. Antes, necesaria. Ahora, recuerdo. Paula Díaz.