Nadie me ha hecho más daño que tú.
Nadie me ha hecho más daño que
tú.
Tú, saliendo por la puerta de
nuestra casa para no volver a entrar nunca más.
Tú, dejándome sola, helada,
envuelta en una manta con tu olor.
Tú, ignorando las miles de lágrimas
que intentaban borrar tu nombre de todos mis poemas.
Tú, poniéndome dinamita en el
corazón y haciéndolo saltar todo por los aires.
Tú, besando a otra mujer con la
boca aún llena de mí.
Tú, convirtiéndome en una persona
desconfiada, fría. Ahora camino de puntillas porque no me atrevo a pisar
fuerte, me tambaleo.
Tú, que sigues sin preguntarte si
te he echado de menos o si ya he reparado el corazón que me devolviste hecho pedazos.
Nadie me ha hecho más daño que
tú.
Y, aun así,
cuando me abandona la inspiración
pienso en ti,
y en la tonelada de besos que mis
labios
siguen guardando para los tuyos,
en la forma tan opuesta que
tuviste de llegar
y de irte,
en que eras la luz de mi salida
de emergencia y
que todavía no he conseguido
salir de donde estoy.
Cuando me abandona la
inspiración,
recuerdo que nadie me ha hecho
más daño que tú,
y siempre acabo jurándome
que no volveré a pensar en ti
ni por
la
poesía.
Muy bonito Paula. Todo ello pero en especial eso de: "Tú, besando a otra mujer con la boca aún llena de mí." Aunque lamento contradecirte...volverás a pensar en él.
ResponderEliminar